22 de febrero de 2011

La última, la NÚMERO 6...

Ayer lunes fue la última dosis de Lucrin Depot, estaba muy contenta!!

El fin de semana pasado estuve muy aburrida y desanimada, los síntomas de la Lucrin salían por cada poro de mi humanidad... ya ni trabajé nada de mi tesis, y el sábado la pasé acostada en mi cama sin bañarme, sin comer, sin sentir... solo durmiendo...

El domingo tuve que contratar una grúa imaginaria que me levantara el ánimo y me levantara de mi cama, pues tenía que estar de buen humor el lunes y martes que daba una capacitación.

El lunes la adrenalina me tenía como ardilla cafeinada, de un lado a otro, tras la organización del taller, tras la gente, atendiendo dudas, exponiendo los temas, sacando fotos, lidiando con el equipo que a veces falla...

... todo salió bien.

(claro, con la Lucrin en mente, lo que sea es mejor... pero en verdad fue bien del taller, en serio que sí)

Por la tarde del mismo lunes me fui al matadero como la vaca, caminé sola hacia la clínica a ponerme LA ÚLTIMA INYECCIÓN DE LUCRIN DE MI VIDA... lo prometo!

Estaba feliz y el doctor Samayoa me inyectó mientras yo sonreía mucho y le contaba que la semana pasada había ido a la Reserva de la Biósfera Maya a trabajar...

Jajaja, solo encontraba temas para platicar mientras metía la aguja.

Hoy martes por la noche empezaron los síntomas... los mismos de siempre pero multiplicados por 10,000.

En el taller me ha ido tan bien que no me importan los síntomas, además tengo un litro de jugo de naranja a mi lado que mata las sensaciones de querer vomitar.

NUNCA MÁS QUIERO VOLVER A PONERME LA LUCRIN... las odio.

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