Al día siguiente de mi última nota en este diario, dejé la Livial.
El resultado fue una explosión de síntomas incómodos al mismo día siguiente de dejar la pastilla... pero me estoy aguantando porque según mis cálculos, debería estar terminando mis síntomas de la Lucrin.
Hoy tuve una amenaza de regla, manché por la mañana, me sentí contenta porque me dio la impresión que empiezo a funcionar normalmente de nuevo. Veremos qué ocurre mañana.
En la prensa de hoy descubrí una noticia que fue publicada en diciembre del año pasado, hace apenas unos meses y no me había dado cuenta. La noticia dice:
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La enfermedad cuyo síntoma más frecuente son las menstruaciones acompañadas de dolor pélvico y lumbar puede conducir a infertilidad. En el estudio se analizaron los genomas de cinco mil 500 mujeres que la padecían y los compararon con los de 10 mil sanas. Se descubrió que el cromosoma uno y el siete son cruciales en el riesgo de esa enfermedad. Se cree que el “siete” está involucrado en la regulación de los genes encargados del desarrollo del útero y su recubrimiento. Mientras que el cromosoma uno está ubicado cerca de un gen fundamental para el metabolismo hormonal y el desarrollo del aparato reproductor femenino.
Esto es un avance importante porque ofrece la primera evidencia de que las variaciones en el ADN conducen a que algunas mujeres tengan más riesgo de desarrollar endometriosis.
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